Muchos procesos y
elaboraciones se dejan de utilizar en la historia al aparecer tecnología que
hace que sean más rápidos y productivos. Es un poco lo que ha pasado con los
orígenes de la cerveza ahumada. Alemania, allí fue donde nacieron las cervezas
ahumadas, concretamente en la región de Franconia, en la ciudad de Bamberg en
el norte de Baviera y fueron el tipo de cerveza más popular durante casi 800
años.
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Selección de cervezas ahumadas |
Los sumerios y babilonios ya
conocían el arte de la elaboración de cerveza, que fue más tarde perfeccionado
por las tribus alemanas en la época romana. El proceso básico en esos días fue
similar al que se puede hacer hoy sin contar los avances e instrumentos
técnicos. La falta de sol para el secado de la malta, fue uno de los factores
decisivos para que en el oriente medio y el norte de Europa emplearan otra
forma de secado forzada, en este caso por hornos que funcionaban con madera. Por lo tanto, al utilizar madera y combustión,
se generaba humo y era inevitable que ese humo no penetrara en la malta y le
diera un sabor ahumado, definiendo así tanto su color como una buena parte del
resto de cualidades sensoriales, afectando al aroma y su sabor.
Ahora, después de unos cuantos
años de tener esta técnica abandonada por la mayoría de maestros cerveceros, estos
hornos para secar malta, toman de nuevo el relevo y acompañados de la madera,
se vuelve a secar, tostar y ahumar la malta con la que se elabora un tipo de
cerveza que, tras caer casi en el olvido, vuelve ahora con fuerza.
El olor que puede llegar a desprender este tipo de
cervezas puede ir desde lo sutil a lo fuerte, dependiendo en la mayoría de las
ocasiones del tipo de madera con la que se haya secado y ahumado la malta. Las maderas
más comunes y empleadas durante siglos fueron las brasas de la madera de haya y
de roble, árboles muy comunes en los bosques del norte de Europa, con un gran
aporte calórico en su combustión. Pero también se ha empleado de manera
tradicional, la madera de cerezo, nogal, aliso, corteza de sauce, abedul e
incluso, como se hizo en Inglaterra, utilizando la turba, un combustible muy común
en las Islas Británicas. Este último combustible y gracias a la aplicación de
la turba en la industria del whisky de malta escocés para el ahumado de las
maltas usadas, inspiró en su momento a diferentes productores cerveceros para
la fabricación de su cerveza. La turba suavizaba
el carácter ahumado de la cerveza respecto a las que son ahumadas a partir de
brasas de madera. Dependiendo del tipo de madera usado para el ahumado de la
malta, los sabores y aromas que otorgan a la cerveza resultante son
sensiblemente diferentes.
Actualmente, son muy pocas las
cerveceras que, fuera de su región de origen, se atreven a adentrarse en el
mundo de las cervezas ahumadas. En Polonia, en la zona de Grodzisk, se siguen
elaborando y en el norte más lejano, en Alaska, se produce una Smoked Porter
que elabora una cervecera desde finales de la década de los ochenta. En España son
territorio casi desconocido y tímidamente comienzan a aparecer algunas en el
mercado. Como la “Zendra” de Cervezas Zeta, una cerveza lager, estilo Rye Bock Rauchbier
con 7,8% de alcohol, de edición limitada inspirada en los estilos ahumados de
origen alemán. Una cerveza que incorpora el picante del centeno y en la que
predomina el equilibrio maltoso: notas de cereal, toffee, caramelo y un sutil y
muy característico tono a madera quemada con un cristalino color cobrizo. La “Smoke
porter” de Cervezas Tyris, una cerveza english porter con 4,5% de alcohol. Con
sabor moderado a pan, bizcocho y malta tostada, con notas de café y chocolate.
Su suave aroma ahumado combina a la perfección con su textura ligera y cremosa.
La “Smoke my beer” de Birra&Blues, una típica cerveza de invierno, hecha
con maltas ahumadas y con una malta Pale Ale de base. Tiene una alta graduación
alcohólica de 8,1 % de alcohol, aunque en boca no se deja notar. En cambio es
dulce, con toques de toffee y caramelo, con un aspecto rubio dorado.
Sin ninguna duda un territorio
para explorar y nosotros desde Pacocinillas® lanzaríamos un reto para los
pequeños productores artesanos de cerveza y el reto es que reconsideraran usar
ellos mismos técnicas de ahumado y maderas para ahumar la malta autóctonas de
su comunidad. Que seguro les aportaran un sabor diferente a sus cervezas imprimiéndoles
así aun más un sello de identidad.
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