Una feria que es todo un referente para el sector turístico,
una buena plataforma para los profesionales del sector, la cual inaugura el
calendario turístico y por tanto, es la cita idónea para conocer proyectos,
estrategias y tendencias del mercado así como planificar el ejercicio y
establecer las líneas de trabajo para los profesionales del sector.
Como dato interesante para los amantes de las redes
sociales, en esta edición, las empresas participantes suman 93 millones y medio
de seguidores en Facebook y 14’8 millones de followers en Twitter, lo que
supone un total de 108 millones de seguidores entre todos los participantes 2.0
en FITUR.
Este año una de las novedades, es la ampliación de la oferta
turística en uno de los sectores que
esta experimentando una gran demanda, el Enoturismo. Una sección que reúne una
alta selección de hoteles con bodegas, de distintas zonas productoras de España,
de gran belleza y cuya actividad gira en torno al mundo del vino, conjugando
el turismo más exclusivo con la cultura y tradiciones que rodean la elaboración
del vino.
En lo referente al vino, sigue llevándose la palma La Rioja , volcándose otro año más dando a conocer su producto más preciado, el vino.
Pude disfrutar de una cata de las Bodegas Urbina a cargo del
enólogo Ángel Benito, en la que nos presento tres vinos de la bodega, eligiendo
para ella cosechas catalogadas como excelentes por el consejo regulador de
Rioja.
Habían más comunidades autónomas con ofertas similares o
parecidas, en el caso de Euskadi, tenían preparada una cata de Txakolis a cargo
del enólogo y sumiller Mikel Garaizabal. El cual explico con la cata de dos de
sus vinos las diferencias que podríamos encontrar en este tipo de vinos.
Otra oferta vinícola importante fue la de las islas
Canarias, las cuales daban a conocer sus vinos con esa gran tipicidad que
otorga su condición volcánica de las islas.
En definitiva y en la parte que a mi personalmente me interesa,
el vino puede dar sin duda un potencial enorme al sector turístico si sabemos gestionar como toca la riqueza vitivinícola de
las zonas de producción en España. Ya que este tipo de turismo está
estrechamente relacionado con el turismo
gastronómico, cultural (arquitectura, arte) y de la salud-belleza. Es
sin duda una de las mejores formas de que
los turistas conozcan cada zona vitivinícola a través de la degustación
de sus vinos, la visita a bodegas y como no los viñedos.
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