El pasado lunes se presentó en la Vinoteca Enópata la novela
“Valencia y el testamento de Violeta García” editada por Vía Directa y escrita por Juan Luis Vanrell
Oms.
Es la primera novela de Juan Luis, una novela de intriga en
la que cuenta la historia que desarrollan una abogada y un escritor sobre las
pesquisas que les llevan a investigar el testamento de Violeta García y nos
muestra Valencia de una forma muy singular. La novela arranca con su historia a
mediados de los años sesenta, tras la muerte de su hija, Violeta García
desapareció sin dejar rastro. En los noventa, cuando su familia ya la daba por
muerta, regresó a Valencia, adinerada y con un ligero acento francés; lo que
hizo y donde estuvo durante todos estos años es una incógnita. Ahora, tras su
muerte, Daniel y Elena deben dar cumplimiento a su testamento, tan extraño y enigmático
como fue su vida.
El presente y el pasado les acompañarán por una Valencia que
se muestra como el gran escenario de la novela. Sus barrios, sus calles, sus
plazas y sus leyendas, son parte del legado involuntario de Violeta. Cumplir
con su última voluntad no les resultará fácil, pero a cambio, Daniel y Elena
descubrirán la historia de una ciudad, de una familia y de la misteriosa vida
de Violeta García.
Uno de los aspectos que me ha llamado la atención de esta
novela y por lo que he decido escribir este post, es por su relación con el mundo del vino. En la novela podremos disfrutar de una serie de descripciones sobre el vino que nos muestra la afición del autor por el vino, con un tratamiento sobre el vino muy literario. Uno de los vinos que se describen en el libro es un Chardonnay 2005 de Neil Ellis el cual lo describe como sigue: “…Daniel pidió
el vino, un chardonnay 2005 de Neil Ellis. Una sorpresa para cualquier paladar.
El productor sudafricano sabe hacer buenos vinos. Quizás algo industriales,
pero verdaderas joyas con una relación calidad precio difícil de superar. El
Chardonnay de Ellis tenía un punto de dulzor que no tienen los borgoñas,
posiblemente por la mayor calidez del suelo y el clima sudafricano. Aún así,
era un vino muy equilibrado. La piña el coco y los lácteos se integraban armónicamente
con la madera para desprender ese toque ahumado característico de la unión de
la chardonnay con el roble...”
Os dejo con el audio de la presentación donde podréis descubrir
alguna cosa más sobre la novela de Juan Luis.
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